Como pequeño adelanto de Calle del mar, que si todo va bien verá la luz después del verano.
Blues in the night
Lo que recuerdas pesa tanto
como el tema de jazz que suena
repleto de humo y de pasado.
Este instante es la mano que sostiene
a la tuya en mitad de esta terraza
que mide lo que miden tus silencios.
Una farola guiña un ojo
al tiempo detenido.
Ella sabe a limón y tú a madera.
Lo que olvidaste pesa tanto
como la suma de la luz
de todas las estrellas de esta noche.
El sueño de Courtney
El sol golpea en los cristales,
se hace astillas y salta hasta el colchón.
Courtney volvió a dejarse abiertas las persianas.
Anda sobre los discos y la ropa
que cubre la moqueta
en busca de un espejo en el cuarto de baño.
Y ahí esta él.
Necesita una ducha.
Intenta recordar en qué ciudad se encuentran,
el día, el mes, el año.
Entonces el estómago le muerde
hasta lanzarlo al suelo.
Pasará pronto,
aguanta unos minutos, se susurra.
Luego sale del baño y se enfrenta al paisaje.
El caos, la heroína, el olor a cerrado.
Pero hay algo que baila en su cabeza,
una idea temblando al final de la niebla.
Vuelve a la cama y la despierta.
Ella regresa lentamente
de un lugar muy lejano.
Ve vistiéndote, Courtney.
Es hora de volver a casa.
Blues in the night
Lo que recuerdas pesa tanto
como el tema de jazz que suena
repleto de humo y de pasado.
Este instante es la mano que sostiene
a la tuya en mitad de esta terraza
que mide lo que miden tus silencios.
Una farola guiña un ojo
al tiempo detenido.
Ella sabe a limón y tú a madera.
Lo que olvidaste pesa tanto
como la suma de la luz
de todas las estrellas de esta noche.
El sueño de Courtney
El sol golpea en los cristales,
se hace astillas y salta hasta el colchón.
Courtney volvió a dejarse abiertas las persianas.
Anda sobre los discos y la ropa
que cubre la moqueta
en busca de un espejo en el cuarto de baño.
Y ahí esta él.
Necesita una ducha.
Intenta recordar en qué ciudad se encuentran,
el día, el mes, el año.
Entonces el estómago le muerde
hasta lanzarlo al suelo.
Pasará pronto,
aguanta unos minutos, se susurra.
Luego sale del baño y se enfrenta al paisaje.
El caos, la heroína, el olor a cerrado.
Pero hay algo que baila en su cabeza,
una idea temblando al final de la niebla.
Vuelve a la cama y la despierta.
Ella regresa lentamente
de un lugar muy lejano.
Ve vistiéndote, Courtney.
Es hora de volver a casa.
Me ha encantado el segundo poema Juan. Sin poder evitarlo, me he imaginado a un rubio desgreñado viviendo todo eso. Buenísimo. ¿Habrá que esperar a que pase el verano o nos vas a deleitar con algún poema más de Calle del Mar? jeje
ResponderEliminarTu poesía me ha dejado sin aliento. Es una sensación que siento siempre al tropezarme con la belleza. El haber descubierto tu blog me alegra. He tenido suerte.
ResponderEliminarChity Taboada.
Simplemente genial.
ResponderEliminarhoy le contaba a Cons de nuestras conversaciones en los pasillos d Sa Riera... un abrazo desde Guanajuato!!
ResponderEliminar