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De "El vol de la cendra" ("El vuelo de la ceniza")

 

Quart

          Les branques dels arbres veuen passar l'aire lleu: fusta mortal i carícia invisible. Els ocells canten per ningú, i a l'horitzó sembla que les muntanyes hi siguin des de sempre, per sempre. Però no és cert.
          No tenen Déu la fusta ni l'horitzó. No té Déu la cendra.



Cuarto

          Las ramas de los árboles ven pasar el aire leve: madera mortal y caricia invisible. Los pájaros cantan para nadie, y en el horizonte parece que las montañas estén ahí desde siempre, para siempre. Pero no es cierto.
          No tienen Dios la madera ni el horizonte. No tiene Dios la ceniza.


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